Fundación Inalafquen

Guía de Aves BSA

Loro Barranquero

Ph: Matías Romano

Loro Barranquero

Ph: Patricia González

Loro Barranquero

Cyanoliseus patagonus

Burrowing parrot

Orden: Psittaciformes

Familia: Psittacidae

Estado de Conservación

Categorización Aves de Argentina 2015:

AM (Amenazada)

Estado de la Lista Roja de la UICN (2018):

LC (Preocupación Menor)

Identificación

Esta especie es la única perteneciente al género Cyanoliseus. Se trata de un loro grande y colorido, muy común de observar en muchas zonas de Argentina y con distribución más local en Chile. En la Bahía de San Antonio lo vemos durante todo el año, pero en bandadas más numerosas durante la época reproductiva. Forma parte habitual del paisaje, tanto en las playas como en las zonas urbanas, donde lo observamos perchado en los bordes y salientes de los acantilados, techos de viviendas, árboles y tendidos eléctricos. Es muy ruidoso y bullanguero.

Prefiere hábitats abiertos y semiabiertos en regiones principalmente secas y semidesérticas, incluyendo zonas de pastizales, estepas arbustivas, montes, matorrales, y zonas de acantilados marinos. De carácter sociable y gregario, usualmente lo encontramos en pequeños grupos o bandadas muy numerosas dependiendo del momento del año.

Descripción

Tiene el plumaje de la cabeza, el cuello y el dorso de color verde oliva oscuro, con la garganta y el pecho marrón grisáceo. Las plumas del abdomen son amarillo brillante (al igual que las de las patas) con una mancha roja en su centro. Las subcaudales son de un tono amarillo oliváceo. Sus alas tienen tonos más oscuros, con las cobertoras verde oliváceas y las primarias y secundarias cyan azuladas. La cola es gris olivácea con el raquis claro.
Alrededor de los ojos presenta un área de piel blanca desprovista de plumas. El pico es gris oscuro, ganchudo y corto. Las patas son de color rosa pálido.

 

Mide: 43 – 46 cm de largo
Pesa: 225 – 300 grs

Plumaje adulto

Ph: Matías Romano

Migración y Distribución

Vive principalmente en el centro y norte de la Patagonia desde la costa hasta la precordillera. También habita en el oeste de Argentina hasta la provincia de Salta y en el centro de Chile.
En el balneario El Condor, provincia de Río Negro, a poco más de 200 km de la Bahía de San Antonio, se encuentra la colonia de Loros Barranqueros más grande del mundo. Con una extensión de 18 km a lo largo de la costa, se estima que cuenta con unos 37.000 nidos activos.
Se trata de una especie migratoria, que se desplaza dentro de su área de distribución según las estaciones del año y la disponibilidad de alimento. Muchas veces pasa el invierno a cientos de kilómetros de distancia de los sitios de nidificación.

residente

Residente / Migrante de corta distancia

Nidifica en la zona

Fuente Mapa: The Cornell Lab of Ornithology + Narosky - Yzurieta

> Dieta y Alimentación

Durante la temporada reproductiva se alimenta en el suelo y en arbustos, consumiendo frutos, hojas y brotes de plantas espinosas del monte nativo. En invierno suele sumar a los brotes que toman del monte, restos de semillas y cultivos que encuentran en los campos de cultivo segados. Ocasionalmente, cuando su comida natural escasea debido a la sequía o el desmonte, se alimenta de los cultivos humanos. Por eso muchas veces se los considera plaga. Sin embargo, aunque esta comida los mantiene vivos, a largo plazo les hace daño, por eso la mayoría de los loros recorre 60 km al día en busca de frutos, semillas y brotes del monte nativo.
Sus movimientos poblacionales están relacionados con la disponibilidad de alimentos.

frutos

hojas y brotes

semillas

> Nidificación y Cría

Anida en grandes colonias eligiendo zonas de acantilados y barrancos muy altos, lo que le permite reducir el riesgo de depredación. Ocupa las colonias de nidificación algunos meses antes de la postura de los huevos, abandonando el sitio al finalizar la temporada reproductiva de forma gradual, a medida que los pichones abandonan los nidos y están listos para la migración.
Su nido es una cueva o madriguera que cava en las paredes de acantilados de piedra caliza o arenisca, o en barrancos de tierra. Estas madrigueras pueden tener hasta 3 m de profundidad de túneles interconectados, para crear un laberinto que lleva a una cámara de incubación. Cada nido es ocupado por una sola pareja, pudiendo reutilizar cuevas de años anteriores, que generalmente acondicionan y agrandan.
La hembra tiene una única puesta por temporada reproductiva, con 2 a 5 huevos por nidada, que incuba de 24 a 25 días mientras el macho la provee de alimento. Los pichones permanecen en el nido por unos 60 días, y son cuidados intensamente por ambos sexos. Aún pudiendo volar, los padres se encargarán de la alimentación de sus crías por unos 4 meses aproximadamente.