Gaviota Cocinera
Ph: Fabián Pinasco
Ph: Pixabay
Gaviota Cocinera
Larus dominicanus
Kelp Gull
Orden: Charadriiformes
Familia: Laridae
Estado de Conservación
Categorización Aves de Argentina 2015:
NA (No Amenazada)
Estado de la Lista Roja de la UICN (2018):
LC (Preocupación Menor)
Identificación
Se trata de una especie de gaviota de tamaño grande y principalmente costera, aunque también se puede ver a varios kilómetros del mar, incluso en zonas urbanas y semiurbanas.
En la Bahía de San Antonio podemos observarla durante todo el año, en casi todos los ambientes de la zona, solitaria o formando bandadas de adultos y juveniles. Se reproduce en nuestra Área Natural Protegida.
Es un ave ingeniosa, curiosa, muy bullanguera y comunicativa vocalmente. Para llamarse o reconocerse entre ellas producen graznidos estridentes y ruidos guturales.
En las últimas décadas sus poblaciones se han expandido, aumentando su número y distribución geográfica, gracias a su capacidad de explotar el consumo de fuentes de alimento de origen antrópico (como descartes pesqueros y basura), ocupando también ecosistemas de agua dulce.
Descripción
Los adultos poseen la región dorsal y las alas de color negro, con la cabeza, el cuello, el vientre, la rabadilla y la cola blancos. Su pico es fuerte y grueso, de color amarillo intenso con una mancha roja en la mandíbula inferior. Tiene el anillo ocular rojo y el iris marfil. Las patas son amarillentas. No presentan dimorfismo sexual.
Los juveniles presentan un aspecto muy diferente a los adultos. Su plumaje es pardo amarronado con estrías longitudinales claras en cabeza y cuello, y una banda oscura en la cola. El pico es negro y las patas oliváceas. Este plumaje juvenil se va aclarando a medida que pasan los primeros 4 años de vida, que es lo que tardan en alcanzar la madurez y lograr el plumaje adulto completo.
Mide: 54 – 65 cm de largo
Pesa: 900 gr
Envergadura de alas: 1,3 – 1,4 m
Migración y Distribución
Esta especie habita las costas e islas del Hemisferio Sur, distribuyéndose ampliamente por Sudamérica, el sur de Australia, el sur de Madagascar y el extremo sur de África. Es la única gaviota que llega hasta la Antártida. También existen registros ocasionales de algunos individuos en el hemisferio norte.
Durante el invierno suelen encontrarse dispersos por la costa o el interior, pero al llegar la época reproductiva se dirigen a las zonas de anidación, que suelen ser las mismas cada año.
Residente
Nidifica en la zona
Fuente Mapa: The Cornell Lab of Ornithology + Narosky - Yzurieta
> Dieta y Alimentación
Es una especie omnívora, como la mayoría de las gaviotas del género Larus, y muy oportunista. Se alimenta principalmente de peces, crustáceos, moluscos, anfibios, huevos, pichones, insectos, pero también presenta hábitos carroñeros e incluye en su dieta el descarte de la pesca y basura. En el caso de los moluscos u otras especies vivas, suelen tomarlas con el pico y dejarlas caer desde lo alto hasta que mueren o se abren. En algunas colonias, dependiendo de la disponibilidad de alimento, los adultos pueden llegar a atacar y comerse los pichones de otras parejas.
Al ser voraces y agresivas pueden resultar un gran problema para otras especies con las que comparten el hábitat, como la Ballena Franco Austral, ya que en sitios como Península Valdés han aprendido a alimentarse de la piel y la grasa de las ballenas vivas, posándose sobre el lomo para picotear su piel cuando éstas asoman a la superficie.
Otro concepto asociado a esta especie es la de “cleptoparasitismo”, una estrategia que consiste en robar el alimento que otra especie ha conseguido.
Al igual que otras aves marinas, tiene la capacidad de beber agua salada, ya que posee un glándula supraorbital (encima del ojo) que le permite filtrar y eliminar la sal a través del pico o mediante estornudos.
peces
crustáceos
moluscos
anfibios
huevos
pichones
insectos
> Nidificación y Cría
Nidifican en colonias donde se agrupan gran cantidad de individuos. Los territorios están bien delimitados y los nidos se sitúan a cierta distancia unos de otros. El nido consiste en un depresión simple sobre el suelo, rocas o acantilados, revestido de material vegetal y plumas. Allí la hembra pone 2 o 3 huevos de color pardo con manchas negras y café, que incuban por unos 26 días.
Al nacer, los pichones permanecen por pocos días en el nido hasta que logran moverse y buscar refugio en la vegetación. Ambos padres los cuidan y alimentan con dedicación, ya que es muy frecuente el robo de huevos y polluelos en las colonias. A las 7 semanas ya están listos para volar por sí solos.